¿Cuáles son los déficits vitamínicos más frecuentes?

07/08/2025
Farmacia Hermanos Madero


A lo largo de la vida, nuestras necesidades nutricionales cambian. En etapas como la infancia, el embarazo o la vejez, ciertos nutrientes se vuelven especialmente importantes. Sin embargo, no siempre conseguimos cubrir esos requerimientos, lo que da lugar a carencias que pueden afectar seriamente a la salud. A continuación, repasamos los déficits vitamínicos más habituales y sus consecuencias.


Déficit de vitamina D
Es uno de los más frecuentes y está relacionado con la falta de exposición solar, dietas pobres en dicho nutriente y problemas de absorción. El déficit de vitamina D afecta al metabolismo del calcio y fósforo, debilitando los huesos y favoreciendo enfermedades como la osteomalacia o el raquitismo. También se ha vinculado con alteraciones inmunitarias, cardiovasculares y metabólicas.


Déficit de vitamina A
Este nutriente es clave para la salud ocular y de las mucosas. Su carencia puede provocar desde sequedad ocular y problemas de visión nocturna, hasta daños más graves como la pérdida total de la vista.


Déficit de vitamina B
Entre las vitaminas del grupo B, las B6, B9 (ácido fólico) y B12 son especialmente relevantes. La deficiencia de vitamina B6 puede aparecer en personas mayores, malnutridas o alcohólicas, y causar anemia, alteraciones nerviosas o problemas de piel. El déficit de ácido fólico es frecuente en embarazadas y puede derivar en malformaciones fetales, además de provocar cansancio y debilidad. El déficit de vitamina B12, por su parte, suele afectar a personas veganas, mayores o con problemas de absorción, y sus efectos van desde fatiga y trastornos neurológicos hasta anemia.


Déficit de vitamina C
Fundamental para el sistema inmune, la formación de colágeno y la absorción del hierro, su carencia puede provocar sangrado de encías, debilidad general, dolor en las articulaciones y retraso en la cicatrización de heridas.


Déficit de vitamina E
El déficit de vitamina E puede provocar problemas neurológicos, debilidad muscular y trastornos de la visión. Es más frecuente en personas con problemas para absorber grasas o con enfermedades genéticas raras.